7/9/12
3/9/12
CRONICA DE LA 7ª MOTOABUELADA.
Pues
sí, finalizó la séptima edición y hemos terminado agotados. Son tan grandes
nuestros deseos de que todo vaya bien, de que todos vosotros, nuestros ilustres
visitantes, os vayáis satisfechos que, una vez que vemos que el último enfila
la carretera hacia su punto de partida, nos pega el bajón y nos quedamos
inmóviles, sin aliento, sin fuerzas. Para colmo echas un vistazo a tu alrededor
y ves que aún queda todo por recoger y tenemos que dejarlo todo como estaba, sin
entrar claro está que encima hay que pagarlo. Pero ahora centrémonos en lo
importante y entremos en su detalle.
El
sábado amaneció con unas gotas de agua, tan ausentes este verano que hasta se
agradecieron, pero a medida que pasaba el día la amenaza pasó y se quedó un día
precioso, fresco y soleado. Desde primera hora de la mañana estuvimos reencontrándonos
con viejos conocidos (algunos desde la edición anterior, otros más recientes),
saludando a los nuevos participantes y degustando ese gran nivel de motos que
ponéis al alcance de todos nuestros sentidos (nuestra flota es mucho más
humilde). Todo esto hasta las 11,30 hora en la que, bien custodiados por la
Guardia Civil de Tráfico, partimos hacia Santo Domingo de Silos, una ruta de poco
más de cincuenta kilómetros que se desarrolló con normalidad, incluso a una
velocidad media superior a la prevista que nos hizo llegar con 10 minutos de
adelanto sobre el horario previsto.
Una
vez en Santo domingo de Silos, aparcamos las motos como pudimos en la pequeña
Plaza Mayor y nos dirigimos hasta el Consistorio, donde su Alcalde nos dirigió
unas breves palabras de bienvenida (que hubo que dilatar hasta que apareció la
dichosa placa), y desde allí fuimos a una emotiva y relajante sesión de Canto
Gregoriano en directo. Se notaba que había hambre y aunque dimos una hora para
la comida, la verdad es que mucho antes ya estábamos sentados en el suelo de la
pradera dando buena cuenta de la tortilla, el chorizo, la panceta y el filete
empanado. Tras una cálida sobremesa unos nos dirigimos a la visita a la Abadía
y otros enfilaron camino hasta el desfiladero de la Yecla (que pena que
estuviera tan seco). Después de la visita nos fuimos a reunir con el resto del
grupo, ya cansados de esperarnos, y con un poco de desorden iniciamos la ruta
de regreso (pudimos agruparnos unos kilómetros más tarde) más bonita, entre
pinares, subidas y bajadas, curvas y algún bache que otro, con alguna sorpresa
como el recibimiento en Ciruelos, llegando a Castrillo casi en el horario previsto.
Allí
nos estaba esperando todo el pueblo, la expectación era enorme y la pradera se
quedó pequeña para tanto personal. No sé si había hambre pero en breves
momentos desaparecieron el agua, los refrescos, las cervezas, las tortillas y
los dulces (más de mil rosquillas) que con tanto cariño y dedicación nos
hicieron durante todo la tarde del viernes nuestras madres y/o abuelas. Poca
gente se dio cuenta de que con nosotros estaba nuestra Charanga Turuseco amenizándonos
la tarde (lo siento chicos pero hay que hacer algo para que el año que viene se
fije más gente en vosotros y menos gente en las rosquillas).
La
noche se echó encima, empezamos a guardar las motos y nos preparamos para el
otro plato estrella del día, la chuletada. Espectáculo culinario donde los
haya, las enormes brasas, las imponentes parrillas, 55 kilos de lechazo y 25 de
morcilla, que sudores hasta que se asan y luego, en un santiamén, se
transforman el huesos amontonados y pieles (chicos, de la morcilla se come
todo). Café, licores todos, cubatas a discreción y música que va aumentando de
volumen, hora en que los más avanzados en edad se retiran pensando si el
sintrón por una vez (sólo ésta) es compatible con un chupito que encima se
quedó a medias. La verdad es que este año el guateque ha durado menos de lo
previsto, será que nos vamos haciendo mayores.
El
domingo amaneció más caluroso y con alguna moto menos que el día anterior. El
desayuno (que cosas más ricas hacemos en el pueblo) sirvió para comentar alguna
batallita de la noche anterior y dio paso a la ruta, más corta, camino hacia
San Martín de Rubiales.
Llegamos
a la entrada del pueblo y hubo que esperar, la misa no había acabado y nuestros
anfitriones querían que la entrada fuera lo más multitudinaria posible. Tras un
callejeo por la localidad aparcamos las motos en la Plaza donde el recibimiento
fue multitudinario. Nos enseñaron su pueblo, la iglesia, alguna de sus bodegas
y desde allí a almorzar a las escuelas. Tuvimos que esperar un poco, las
miembros de la Asociación Socastillo estaban preparando con todo el cariño del
mundo una cazuela (cazuelaza diría yo) de bacalao con la única condición de que
había que terminársela. Sentados y sin prisa (y eso que la teníamos) dimos
buena cuenta de las viandas, entregamos las placas de agradecimiento (esta vez
si aparecieron) e iniciamos el viaje de regreso, con un poco de retraso, y que
nos obligó a hacer una parada obligada a la entrada de Aranda al estar la
Policía Municipal en el cambio de turno para hacer el ya tradicional desfile
por las calles de la localidad.
A
la llegada a Castrillo el retraso ya era importante, con lo que apenas hubo
exposición de motos, bueno si, ya montadas en los carros. Además la paella (qué
paella) nos estaba esperando y no era cuestión de que se pasara el arroz. Como
se notó el almuerzo, fuimos muchos los que la comimos por la pinta tan
estupenda que tenía, pero se quedó mucha comida en los platos. En la sobremesa
se procedió al sorteo de regalos varios, a la entrega de premios, clara en
algunos casos, injusta en otros, pero necesaria y a la clausura del acto.
Despedidas, agradecimientos por nuestra parte, por la vuestra y recuerdos a
quienes por unos motivos u otros no han podido estar con nosotros este año.
Una vez pasados unos días y
recuperados los alientos perdidos ya estamos hablando de qué hacer en la
octava, así que si el tiempo no lo remedia volveremos a vernos en agosto de
2013. Y tener una cosa muy clara, todo esto lo hacemos POR Y PARA VOSOTROS, nosotros
solo queremos presumir un poco de pueblo y de grupo, así que el año que viene NO
NOS FALLEIS por favor.LAS FOTOS LAS PODEIS VER AQUI:
28/8/12
MUCHAS GRACIAS
Aunque la crónica oficial y las fotos no estarán
listas hasta dentro de unos días, no hemos querido esperar ni un solo día en
poner estas breves palabras para agradeceros a todos vuestra presencia en
nuestro pueblo. A pesar de la “que está cayendo” la participación
ha sido similar a la del año pasado y la comprensión y tolerancia por vuestra
parte ha sido máxima.
El colectivo Motoabuelas ha hecho un esfuerzo muy
grande para ofreceros un programa de actividades amplio y atractivo que os
permitiera llevaros un sabor agradable del encuentro. Pero esto no sirve para nada si este esfuerzo no os
llega a vosotros que sois los receptores, vosotros nuestros visitantes.
Creo, por las muestras de agradecimiento recibidas,
que os lo habéis pasado bien y que habéis sido atendidos como os merecéis. Pero nos gustaría que, si ha quedado alguna duda,
alguna sugerencia o algún reproche por hacer que nos la hagáis llegar, no nos
va a molestar, al contrario nos va a enriquecer y nos va a permitir mejorar en
el futuro.
Para los que por diferentes motivos no habéis
podido asistir este año os mandamos un saludo cariñoso, deciros que nos hemos
acordado de todos vosotros y que os esperamos el año que viene.
Y para los que habéis estado, como cantaba una muy
conocida artista española de variedades “solamente puedo decirrr... gracias por
venirr...”.
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